Sí, planea convertirse en un destino turístico. Irak está buscando compañías que aporten diseños para construir una noria gigante a la orilla del río Tigris, desde la que poder divisar toda la ciudad. Se llamaría 'The Baghdad Eye' (El ojo de Bagdad), en honor a la que hay en Londres en aguas del Támesis, llamada 'The London Eye".
Y es que los proyectos en las calles de las mil y una noches no tendrá parangón: el mismo Pentágono quiere montar un parque temático al más puro estilo de Disneylandia en el corazón de Bagdad.
*Foto:Los planes de Estados Unidos para el futuro Bagdad tienen todo tipo de lujos: un centro comercial, hoteles de primera clase, una delegación de Naciones Unidas, terrazas en la ribera del río Tigris y un completo campo de golf.
Los miles de millones que se quieren invertir en esta absurdez es un insulto para la población, para lo que realmente hace falta: los hospitales se han convertido en meros depósitos de cadáveres, cientos de médicos se han exiliado en otros países por amenazas de muerte por tratar sanitariamente a un paciente sunní o a la inversa a un enfermo chií.
La leucemia y otros tipos de cánceres aparecieron de forma repentina a causa de 300 toneladas de bombas con uranio empobrecido usadas por las fuerzas aliadas, han masacrado a este pueblo.
Los iraquíes deberán esperar nada menos que a 4.500 millones de años para que los 860.000 proyectiles de DU (Uranio empobrecido) disparados sobre las tierras del país (según datos del propio Pentágono) dejen de producir sus efectos mortíferos sobre la tierra, los animales y las personas. De 1.000 recién nacidos, 108 fallecen en brazos de sus madres antes de cumplir un año.
Las perspectivas de vida de la población se han reducido a un 80%, según datos de UNICEF. Y los niños y niñas iraquíes en edad escolar han tenido que abandonar el colegio para trabajar y así ayudar a mantener la economía familiar.
UNICEF publicó unas estadísticas que revelaban el nivel social de la destrucción de esta guerra: sólo el 28 % de los iraquíes de 17 años pudieron hacer los exámenes finales en 2007, mientras que la violencia impidió que cerca de un millón de niños asistieran a la escuela primaria.