viernes, enero 31, 2014

2.826.549 razones.

El 33,8 por ciento de los niños españoles (2,82 millones) viven en riesgo de pobreza o exclusión social debido a que sus familias sufren problemas de alimentación, vivienda o carecen de recursos para comprar material escolar, según un estudio de Save the Children.
La organización presentó un informe demoledor en el que eleva al 45,6 por ciento el riesgo de pobreza para los menores que viven en familias monoparentales, cifra que asciende 57,6 en el caso de los niños cuyos padres no alcanzaron la educación secundaria.
Además, la mitad de los niños con al menos uno de sus padres de origen extranjero se enfrentan a este riesgo de pobreza, en el que incurren las familias con ingresos inferiores al 60 por ciento de la renta media del país...
En los últimos años, la coyuntura económica de crisis ha expuesto a muchas familias a una disminución de sus ingresos, lo que ha disparado los indicadores de pobreza y exclusión social. Una situación que se materializa en la vida cotidiana de los niños y las niñas convirtiéndose en un serio obstáculo para el disfrute y ejercicio de los derechos esenciales reconocidos en la Convención sobre los Derechos del Niño.

Esta es la España que se está construyendo en la trastienda de la agenda política de los que nos gobiernan mientras cacarean la recuperación económica de nuestro país. Y los datos que nos muestra Save son tan impactantes que duelen. Cada número, cada cifra es una historia trágica humana.  
#Y a mi quién me rescata es una de las mejores iniciativas de este año que acaba de comenzar. Con un SMS, ya estarás colaborando para reducir la pobreza infantil en España.

El fotógrafo Aitor Lara ha puesto rostro de niño a un informe que dibuja el mapa de la pobreza infantil en España. Con absoluto respeto a sus historias y con su habitual estilo en blanco y negro, sus instantáneas nos ayudan a reivindicar a las administraciones que asuman su deber de proteger el derecho de la infancia a disfrutar de una vida digna. Una vida libre de la pobreza.


miércoles, enero 29, 2014

Afganistán: mujeres asesinadas o amenazadas por luchar por sus derechos.

Iniciativa de Amnistía Internacional que me parece sumamente interesante y necesaria:
 
Maestras, médicas y activistas han sido asesinadas o amenazadas por sus actividades en favor de los derechos de mujeres y niñas. Únete a las mujeres afganas en la defensa de su derecho de vivir libres de discriminación y violencia.
En Afganistán, numerosas activistas, periodistas, profesionales de la salud, de la enseñanza o de la política ejercen una función esencial en la lucha por los derechos humanos de mujeres y niñas. Alfabetizan, gestionan albergues para supervivientes de violencia de género o sensibilizan sobre los peligros de los matrimonios forzosos y tempranos.


¡Escribe al Presidente de ‪#‎Afganistán‬, Hamid Karzai!
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Niña en clase. Kabul. © UNHCR/P. Benetar.

martes, enero 28, 2014

Esto es ...esclavitud.

Leo indignada una carta publicada en el periódico 20minutos que me deja además desolada.
Me uno a los sentimientos de esta profesora de Formación Profesional y quiero hacerme eco de la situación real que atraviesan nuestros jóvenes, nuestro futuro como país.

Esto es esclavitud.

Me gusta leer los diferentes artículos de los periódicos. A veces estoy más o menos de acuerdo. Pero sobre el asunto laboral, me siento cada día más indignada.
Soy profesora de Formación Profesional y he visto con inmensa alegría cómo mis alumnos, años atrás, encontraban empleo incluso antes de acabar la formación. Empleo relacionado con sus estudios, donde les pagaban un salario justo y con un horario que les permitía acabar de estudiar.
Hoy estoy triste. Me dicen que dejan de estudiar porque necesitan encontrar empleo. Sus padres y hermanos están parados. No pueden permitirse el lujo de formarse aunque sea en un instituto público. Han de aportar algo a su casa. A principios de diciembre, me dijo una alumna que había encontrado empleo. ¡Estaba exultante! Llegaría un poco tarde a las clases, pero no abandonaría los estudios.
El trabajo no tenía nada que ver con su formación, pero era un trabajo.
Ayer, después de un mes sin pasar por el instituto, me explicó que el contrato era de ocho horas, pero la obligan a hacer doce. Trabaja de lunes a domingo. Le dan dos días festivos cuando a la empresa le va. Estaba hundida. No podía dejar el trabajo. En su casa no trabaja nadie y hay cinco personas. No puede denunciar, no puede estudiar. Esto es esclavitud, señores.
Núria Sardà.

Miradas de Pakistán.

Vivimos en la seguridad de nuestras casas, nuestra ciudad, nuestros llamado “primer mundo”. Ni nos imaginamos cómo seria la vida de un refugiado. Nadie puede pensar en la injusticia, la persecución, la cárcel, la enfermedad, la opresión y la falta de libertad en todas sus formas. Y esto en tu propia tierra.
Cuando este cóctel se hace insoportable, y el abuso y explotación de los que regentan el poder, el débil sólo le quedan pocas y escasas opciones: ceder ante la fuerza, enfrentarse a ella, con riesgo que eso conlleva como es perecer o recurrir a la huida. Se pierde absolutamente todo, la familia, amigos, el hogar, trabajo, la propia historia de una forma cruel e injusta, pero se salva la dignidad y lo que es más grande, la vida.
Este abuso, esta fuerza que ejerce hacia el vulnerable es tan antiguo como la sociedad y la vida misma. Es más que existiera el estado moderno y su Declaración Universal de los Derechos Humanos, de hecho el refugio es un derecho humano.
Una persona no se convierte en refugiado por una cuestión política, se convierte porque sus derechos humanos son masacrados. Hoy en día se oyen voces donde el discurso político se centra en el aspecto legal del refugiado y sin embargo se pasa de puntillas a la cuestión esencial que es la persona humana, su seguridad, libertad, igualdad o la justicia.
Entonces la Ley cobra un protagonismo que no le pertenece, es más importante que las personas a las que tiene que servir y proteger.
La decisión de escapar de tu propio país porque corre peligro tu vida no es una elección que se haga libremente, sólo la ignorancia sobre los derechos humanos puede hacernos que creer que la emigración y refugio es lo mismo y que los que solicitan asilo vienen a quitar el trabajo que escasea. Tenemos que hacer un ejercicio de empatía y preguntarnos a nosotros mismos qué haríamos de no haber nacido en el lado bueno y seguro de la frontera.
Os muestro hoy, parte del impresionante trabajo del fotógrafo Muhammed Muheisen que retrata la crudeza de la vida de los menores que huyen de la violencia. Son niños y niñas afganos refugiados en Pakistán.


Laiba Hazrat de 6 años.
Gullakhta Nawab de 6 años.
Robina Haseeb de 5 años posa para una fotografía, en el barrio de las afueras de Islamabad donde jugaba con otros niños refugiados afganos. Pakistán ha sido el hogar de una de las comunidades de refugiados más grandes del mundo.
Gul Bibi Shamra de 3 años.
Más en Lápices para la Paz: Réquiem por los refugiados sirios

domingo, enero 19, 2014

Albinos de Tanzania.

Los niños y niñas albinos viven encadenados a una tradición que los condena injustamente a la discriminación y a un irreversible cáncer de piel. Sumergidos en la infancia, saben que les espera un futuro más difícil todavía que a sus hermanos negros. 
El Kabanga Center es un centro de acogida de albinos en la región de Kigoma gestionado por Cruz Roja Tanzania y apoyado por la ONG española AIPC Pandora luchan a diario por un mundo mejor para esta comunidad tan vulnerable. 

En Moshi, al norte del país, se ubica el Regional Dermatology Training Center en el Kilimanjaro Medical Center, puntero en dermatología en Africa del Este, trata específicamente los problemas de piel de esta comunidad. Un equipo de médicos y sanitarios del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, lo visitan anualmente para conducir talleres teórico-prácticos en oncología dermatológica y dermato-patología. Desde el año 2008 especialistas de todo África del Este han participado de doce talleres que han salvados la vida de más de 500 albinos. La ONG Africa Directo, gestionó la producción local de fotoprotectores que garantiza el aprovisionamiento de cremas solares a las personas con albinismo en el país. De esta manera, se intenta subsanar la falta de sostenibilidad que supone depender donaciones externas. “Kilimanjaro Suncare”, la loción fotoprotectora que mejorará la calidad de vida de los albinos de Tanzania está apoyada por la plataforma “Corazones Albinos”, que consiste en la venta de corazones de fieltro a 2 euros para ayudar a financiar estas cremas. 
  
La fotógrafa Ana Palacios convivió con ellos, aqui os dejo parte de su trabajo.


Kelen, de 11 años, en los dormitorios en construcción del centro para albinos de Kabanga, en Tanzania. / ANA PALACIOS

Más en Lápices para la Paz: Documental Los niños albinos de Tanzania y Blancos de la ira, de Jon Sistiaga / Hernán Zin


The Drop Box.

Miles de niños son abondanos por todo el mundo....ninguno de ellos no tienen voz. Pobreza, crisis económica...este fenómeno no es exclusivo de países en vías de desarrollo: Organizaciones benéficas advierten del aumento de niños y bebés abandonados en Europa. En España, unos padres que denunciaron estar tres días sin comer decidieron dejar a sus dos hijos en la sede del Ayuntamiento de Talavera de la Reina, Toledo.

Existen alrededor de 200 "buzones" para bebés abandonados por toda Europa (antiguamente esta labor lo realizaban los Conventos) que permiten dejar al pequeño en adopción de forma anónima y los defensores de este método dicen que evitan abortos y abandonos peligrosos. En Alemania, el Hospital Waldfriede, se encuentra el "Babywiege" donde reza un cartel que conduce a un discreto camino al final del cual se encuentra una de estas cunas inteligentes que, en cuanto reciben un cuerpecito en su interior, automáticamente encienden un sistema de calefacción y activan una alarma que alerta.
Imagen exterior del buzón-cuna y vista desde el interior. | Hospital Waldfriede

Y en Seúl, Corea del Sur, cientos de recién nacidos no deseados son abandonados en las calles cada año. La cultura en Corea del Sur tiene un gran valor la perfección física, por lo que muchos de los recién nacidos que quedan en la caja nacen con discapacidades, incluyendo sordera, ceguera, parálisis cerebral y síndrome de Down.