domingo, mayo 16, 2010

Eternos extranjeros.

*Un niño se asoma tímidamente desde su balcón en el Campamento de refugiados Burj el-Barajneh.

Más de 45.000 palestinos malviven en uno de los más importantes campamentos de Beirut, Burj el Barajneh que se fundó el mismo año del éxodo palestino, en 1948. Este campamento, al igual que los demás campos que visitamos sólo recibe la ayuda humanitaria de la UNRWA, la Media Luna Roja Palestina y ONGs.
Al igual que el campamento Shatila los habitantes de Burj El Barajneh pasan sus días en unas condiciones deplorables de masificación, sin infraestructuras adecuadas y con escasa cobertura de sus necesidades básicas. Todos los refugiados palestinos que viven en Líbano me dan la misma sensación, son los eternos extranjeros, son los parias, los desheredados.

*Campo de refugiados de Palestina en los primeros años tras la huída en 1948. Fuente: UNRWA. Más de cincuenta años después, la realidad de Palestina sigue viva en los cerca de cinco millones de refugiados y desplazados que, desde el abandono y la miseria, siguen reclamando su derecho al retorno y el reconocimiento de sus derechos nacionales.

Caminar por entre las calles de Burj el Barajneh es contemplar la supervivencia en estado puro. Cientos de cables están colgados entre balcones, una suerte de ensortijado que cada uno cumple su función: llevar algo de luz cuando se les permite. Al igual que el surtidor de agua, un grifo y miles de gomas para distribuir a sus habitantes.

Campamento de refugiados Burj el-Barajneh , Beirut.
Primero fuimos a un centro social donde se impartían clases contra la violencia de género. Un tema espinoso, real, que hacen frente como pueden las mujeres palestinas. Aquí hay una evidente preocupación por la violencia hacia las mujeres y nos lo transmite la Trabajadora Social del centro.
Pregunto si ha asistido alguna vez un hombre a estas sesiones. Y me responde que uno o dos se ha acercado pero que poco después se ha ido.
El grupo de mujeres estaban observando un documental duro en donde se ve las diferentes formas de terror que se pueden ejercer a una mujer. Permanecían calladas, atentas mientras que sus cabezas asistían. Al menos pienso, tienen asesoramiento. La violencia doméstica es un problema global que afecta a cualquier sociedad, nivel salarial y cultural.

Después de ver una guardería de la Asociación Nadjeh entre las ensortijadas calles del campamento nos dirigimos a la escuela femenina de la ONU. Situada en pleno centro urbano donde era evidente los innumerables balcones acribillados de balas y de explosiones.

Nos recibió la directora del centro, una encantadora mujer que nos enseñó varias clases en donde estaban repletas de chicas. Jóvenes llenas de vida, de sueños y expectativas.
Nuestra llegada causó un pequeño impacto y muchas de ellas nos observaban con atención. Hubo también ronda de preguntas. Una de las chicas se levantó y nos preguntó si Europa ayudaría en la situación de su pueblo. Nos quedamos sin palabras. Ante esto....¿qué decir? Cuando el viejo continente lleva mudo muchos años y mira sin querer mirar el conflicto durante tantos años.

Justo ayer, 15 de mayo millones de palestinos en Cisjordania y Gaza, Israel y los países vecinos recordaban el Día de la Nakba o "del Desastre" que supuso para ellos la creación del Estado de judío en 1948, inicio de un exilio que dura ya más de 60 años.

¿Qué hizo Europa cuando vio cómo se inició la operación de “limpieza étnica” más cruel conocida en tiempos modernos?

Continuará....

Más: EE.UU. contribuirá con 20 millones de dólares a la UNRWA, para la reconstrucción del campo de refugiados de Nahr Al Bared destruido en 2007.
"Invertir en Palestina es invertir enel futuro de Europa"

jueves, mayo 13, 2010

"Sé que tienes una sorpresa para el final".

“La pobreza de nuestro siglo es distinta a la de épocas precedentes. No es, como antes, resultado de una escasez natural, sino de una serie de prioridades impuestas en todo el mundo por los ricos. En consecuencia, los pobres modernos no son objeto de lástima, sino que son marginados como basura.” John Berger.

La falta de empatía, la falta de cordura que impera en este mundo, sobretodo de los que manejan los hilos del poder, y ahora de los grandes medios de comunicación, hace de este planeta un lugar dónde las injusticias sociales imperan, sobrepasan todos los límites del respeto al ser humano. Hablemos de esa muestra de injusticia, de la indecencia moral, de la insolidaridad: la pobreza.

Hoy mismo he contemplado un "espectáculo bochornoso": Manolo Lama, reportero deportivo de Cuatro, humilla a un mendigo que vive en la calle, muerto de frío, en Hamburgo en una conexión en directo con motivo de la final de fútbol jugada anoche por el Atlético en esa ciudad, mientras sus colegas le recalca: -"Sé que tienes una sorpresa para el final" y a continuación le ríen la 'gracia' desde los estudios centrales en Madrid. ¿Decidme qué tipo de periodismo es éste?.

Di a Cuatro que a ti meterte con las personas sin hogar no te hace ninguna gracia.

viernes, mayo 07, 2010

Marga.

*Marga jugando con los peques en una guardería del Campamento de Refugiados palestinos en Nahr Al Bared, Líbano.
Marga me ha estado escuchando durante años todo lo que significa Lápices para la Paz. Me ha escuchado atentamente cada viaje, cada acción y cada lápiz que ha llegado a los niños y niñas más desfavorecidos. A veces creo que he sido un poco pesada, pero ella nunca me ha demostrado lo contrario.

Este año Marga ha pasado a la acción, ha querido ser una simple receptora del mensaje a pasar al ejercicio voluntario. Una libre elección valiente, cargada de ética, personal, gratuita, sin esperar ninguna recompensa o retribución.

Marga tiene 57 años. Ahí es nada. Trabajando y estudiando conmigo la carrera de Trabajo Social, ella tiene una estupenda energía y siempre ha estado disponible cuando necesitábamos vender camisetas, lápices y bolígrafos para autofinanciarnos. Una edad que a mucha gente le puede imposibilitar atreverse a realizar algunas funciones o piensan que ya no merece la pena hacer nada.
Marga es un bonito ejemplo de que hay acciones en esta vida donde la edad es un factor secundario, irrelevante. Fijaros si no, tener la ilusión de seguir aprendiendo en una Universidad, empaparse de conocimiento y de abrirse a nuevas amistades estudiantiles.

Cuando le dije que este año tenía la oportunidad de conocer el proyecto en el terreno no se lo pensó mucho. Y doy fe que Marga en estos días que hemos pasado junto a los niños y niñas refugiados palestinos en Beirut, ha vivido cada segundo la experiencia. Los pequeños se lo han pasado pipa con ella y Marga ha disfrutado enormemente. Ha reído, ha llorado y se ha llenado más si cabe de vida de la que ya tiene. Y es mucha.
Dicen que el voluntariado se obtiene mucho más de lo que tu puedas dar. Puede que sea así. Según ella se ha abierto una puerta en su vida marcando un antes y un después tras la experiencia de ser voluntaria con Lápices. Una de los motivos es porque tuvo en su pasado una terrible y dolorosa experiencia de perder a un ser querido.

Desde aquí quiero animar a todas las personas a participar en acciones solidarias. Que no tengan miedo a encaminarse hacia un compromiso real y sincero que puede dar respuestas a necesidades, problemas sociales y que puede ser el bálsamo que cure heridas a personas con una problemática específica: inmigrantes, colectivos en riesgo de exclusión social, personas mayores...
Que luchemos contra injusticias y cultivemos valores éticos. Si no sabéis cómo buscad asociaciones, ONGs o iniciativas que os motiven y que estén en vuestra línea de pensamiento. Seguro que encontrareis personas como vosotros, que caminan en la misma senda para lograr un mundo más habitable.

martes, mayo 04, 2010

Fátima y Nahr Al Bared.

*Fátima, Directora escuela de Formación Profesional en el Campo de Refugiados Nahr Al Bared.Me es difícil comenzar con esta nueva historia. Por que está cargada de dolor que sobrepasa cualquier experiencia que haya vivido personalmente. Solo sé que es un dolor tan profundo como el que sentí la primera vez que fui a Territorios Palestinos y pude contemplar con mis propios ojos lo que estaba sucediendo allí. Sin informaciones sesgadas, viviendo el día a día de la población palestina, sus controles en medio de carreteras, la dificultad de movimiento, de acudir al médico, a la escuela al trabajo. Sentir esa violencia psicológica y la sensación de estar encerrado en una gran cárcel al aire libre. En definitiva sentir la falta de libertad.


Comenzaré con nuestra llegada a Nahr Al Bared. Es un campo de refugiados palestinos en el norte del Líbano que ha albergado a unos 40.000 palestinos, en su mayoría hijos y nietos de los que abandonaron Palestina en 1948.
Entre mayo y septiembre del 2007, tuvo lugar una feroz batalla entre el ejército libanés y un pequeño grupo armado conocido como Fatah Al Islam. Desde el primer día, el ejército libanés rodeó el campo y disparó su artillería, manteniendo esa acción durante meses. El campamento se quedó reducido a cenizas, literalmente.

A muchos de sus habitantes les obligaron a marcharse, casi con lo puesto. Las verdaderas víctimas de todos los conflictos es la población civil, en este caso fueron los refugiados palestinos que sobreviven diariamente a la injusticia de su pasado, de la violación constante de los Derechos Humanos, motivos suficientes que les obligó en su momento a tener que huir de su propio país. Pero más doloroso es ser extraño en una tierra que te ha visto nacer y crecer durante más de cuarenta años y sigas siendo un extranjero sin ni siquiera tener la posibilidad de respirar. Desde ese año fatídico 2007 muy pocos palestinos se les ha permitido comenzar a reconstruir sus casas y todos necesitan permisos para entrar y salir del campo. Al igual que el Ejército Israelí las medidas de control son exhaustivas y por ende, desesperantes. Pero ahí están los cientos de refugiados en Nahr Al Bared, viviendo como pueden en casas prefabricadas de la UNRWA. Como hormigas, trabajando, frente a viento y marea. Regresando poco a poco. Han pasado tres años de la destrucción y el dolor, la desconfianza frente a extranjeros se palpa en cada calle del campamento. Ahora están reconstruyendo lo poco que quedó en pie. Con determinación, paciencia y resignación.

Cuando llegamos un millón de miradas se posaron en nosotros. Acompañados por la Asociación Nadjeh teníamos salvoconducto. Pero a pesar de ello, muchos seguían nuestros pasos, armados hasta los dientes.
La sensación de caminar por este campamento repleto de pósters de mártires en las paredes, la pobreza asentada en cada esquina, y una evidente tensión en sus habitantes, es la total sensación de estar en la misma tierra Palestina.
Visitamos un centro educativo de formación profesional que impartían clases a jóvenes refugiados de televisión, diseño gráfico e informática. Pocas salidas profesionales, algunos aspiran a hacer trabajos fotográficos para bodas y diferentes eventos familiares. Hay verdaderos talentos en la academia. Nos enseñaron muy buenos trabajos de vídeo. Algunos sueñan con trabajar en la televisión, pero le está totalmente prohibido desempeñar puestos laborales en la Televisión libanesa por ser palestino y refugiado.
Fátima es como mujer palestina, fuerte y resistente que nació y se crió en Líbano. Y vive diariamente con la sensación de que cualquier día el ejército libanés va a entrar en su casa a fuego y sangre. Lleva encima de sus hombros y en el corazón una larga vida de sufrimiento pero a la vez de supervivencia y dignidad.
Fátima es la directora de este centro de formación profesional y nos hace partícipes de su vida, de su experiencia.
- El primer ataque que sufrimos por parte del Ejército Libanés en mayo de 2007 hasta la Cruz Roja tuvieron bajas porque a ellos también les dispararon. Una mujer de Cruz Roja murió. Muchos muertos, niños, jóvenes, mujeres…Pensé que nos querían matar a todos.
Nos sentimos encerrados. Sin libertad no se puede vivir. Pero tengo esperanza de que algún día nuestra situación cambie.
Sólo deseo que cuando yo muera, todos los niños regresen a Palestina porque es un derecho. Es un derecho regresar a nuestra tierra, a las fronteras de 1948.
Quiero vivir en dignidad. Muchos de nuestros jóvenes quieren incluso más la tierra que los propios abuelos que viven en el campamento.
He tenido cuatro hijas y tres de ellas se han visto obligadas a marcharse. Una está en Berlín que en 13 años sólo la he visto dos veces. Otra en Francia y en Yemen. Me queda una hija en Líbano pero está deseando emigrar porque aquí no hay trabajo, no hay futuro, no hay nada más que tristeza. Alrededor de un 75% de palestinos emigran legalmente de Líbano. Sólo nos queda que construyan otro muro de la vergüenza como en Cisjordania....

Fátima coge aire, sus palabras son piedras que caen en mi ánimo. He visto esa desolación en las calles de Hebrón, de Ramalla, en Jenín. En las lágrimas vertidas de ancianos cuando nos contaban cómo eran sus vidas con la ocupación israelí.

- Más de cincuenta años de conversaciones de Paz y ninguna ha funcionado. ¿Funcionaría ahora con Obama? Sinceramente pienso que no. Ahora nadie habla de repartir las fronteras de 1948, eso sería justicia, sería de ley. Y que Israel asumiera su responsabilidad. Tanto que denuncia a la Comunidad Internacional el prisionero israelí que tiene secuestrado. Pero ¿y los más de mil prisioneros palestinos que están en cárceles israelíes, incluso niños? ¿Quién denuncia esto?. ¿Quién?. ...Sueño algún día con la libertad, la libertad de mi pueblo. Os doy las gracias por estar aquí y que veais con vuestros ojos lo que sucede y que contéis nuestro testimonio. Gracias por escucharme.
Nahr Al Bared es su vida y es la losa que ciñe el futuro de miles de sus habitantes. Es el fracaso humanitario, es otra vergüenza autorizada. Su voz es como la de cientos, miles de víctimas que sufren en un auténtico silencio y que nunca serán noticia.

Cuando me despedí de ella, no pude evitar emocionarme. Nosotros nos iremos a nuestro mundo occidental. A la seguridad de nuestras casas, a la libertad. Ellos permanecerán allí, con la terrible sensación de que mañana o pasado todo lo poco que tienes puede convertirse en cenizas.

La veo alejarse por calles estrechas repletas de carteles enormes de jóvenes mártires que murieron en los ataques del 2007. Con paso lento pero decidido se difumina su silueta...

Ocurrió un 30 de octubre 2007: el retorno de las familias de refugiados palestinos del campamento de Nahr al-Bared en el Líbano. Estas fotos muestran lo que quedó: edificios en ruinas, sin electricidad, agua o sistemas de alcantarillado.


Fotografías de Samuel Rodríguez.
Más: Fragmento del documental "Camino a Nahr Al Bared" de Sebastián Talavera.Proyecto realizado con el apoyo de Fundación ICO y la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.


¿Qué sucedió en Nahr Al Bared?

lunes, mayo 03, 2010

El Bubisher necesita ayuda.


Queridos seguidores de Lápices para la Paz, Luisa, responsable del Bubisher necesita ayuda desinteresada para diseñar la nueva página web.

Bubisher es un preciso proyecto que trabaja en los campos de refugiados saharauis, un bibliobús que recorre los barrios llevando libros, cuentos y actividades de animación a la lectura a los niños de los campamentos.

En la nueva etapa en la que entran están siendo tan grandes porque así lo demanda la población saharaui de los campamentos. Para ello necesitan saltar de blog a web. Hay muchas formas de colaborar como voluntario del Bubisher, si sabes diseñar páginas web esperamos tu ayuda.
Ponte en contacto con ellos en luisami@hotmail.es
Mil gracias.