Hoy Día Internacional contra la esclavitud infantil quisiera recordar a un héroe que luchó contra esta injusticia: Iqbal Masih.
Iqbal
Masih tenía cuatro años cuando su padre lo cedió a
una fábrica de alfombras de Punjab a cambio de un préstamo
para pagar la boda de Aslam, el hijo mayor. Era un hecho habitual: los
hijos menores eran entregados a cambio de préstamos, para casar
a los mayores. Para la madre de Iqbal, una campesina pobre, conseguir el
dinero para la boda de Aslam era una obligación: reunir una suma
apreciable para permitir que su hijo Aslam se pudiera construir una casa
o adquirir tierras antes de casarse. En aquellas circunstancias,
Iqbal y Patras, el otro hermano menor de Aslam, debían mostrase
solidarios con su hermano mayor.
En estos casos, los
patronos de las fábricas recuperaban el dinero prestado descontando
una parte del salario mensual acordado con sus obreros esclavos, o con
su familia en el caso de menores, lo que forzaba a los trabajadores a permanecer
a su servicio hasta la restitución total de la deuda. Pero a
los patronos les alegraba ver a los trabajadores o a las familias de los
menores pedir nuevas cantidades antes de que el miserable salario hubiera
redimido la deuda anterior, ya que de esta forma la deuda no se amortizaba
nunca. Al contrario, crecía, y el patrón se podía
seguir beneficiando de aquel trabajo en condiciones de esclavitud.
Fue en estas circunstancias
que el 1987 Iqbal empezó a trabajar más de 12 horas diarias
haciendo alfombras para devolver el préstamo familiar, pero a causa
tanto de los leoninos intereses que había impuesto el amo sobre
el préstamo, como de los nuevos préstamos solicitados por
el padre, la deuda se iba haciendo cada vez mayor, hasta que llegó
a las 13.000 rupias años más tarde, el 1992.
Entonces, al cabo
de cinco años, Iqbal conoció a Ehsan Khan, un luchador
contra el trabajo esclavo, creador del Bhatta Mazdoor Mahaz (Frente de
los trabajadores de ladrillos). Las fábricas de ladrillos era otro
de los focos de trabajo esclavo: doce horas al día, bajo un calor
tórrido, familias enteras trabajaban elaborando ladrillos. Niños
y niñas, desde los cuatro y cinco años, trabajaban
desde la mañana hasta la noche ayudando a sus padres.
Iqbal aprendió
de Ehsan Khan a no tener miedo de denunciar la situación de los
niños tejedores de alfombras. Y a partir de 1993 se convirtió
en un líder infantil que denunciaba las condiciones laborales, los
horarios y el régimen de esclavitud en el que viven aún los
niños trabajadores en algunos telares de alfombras.
Iqbal se empezó
a hacer popular, y numerosas asociaciones humanitarias comenzaron a prestar
oídos a una situación que contravenía los derechos
infantiles y que el Gobierno de Pakistán había preferido
ignorar hasta la fecha a pesar de los acuerdos internacionales suscritos.
En 1992, Pakistán había firmado la Convención contra
el trabajo infantil, poco después de que hubiera prohibido la esclavitud
por deudas. Pero el trabajo infantil y los trabajos por deudas a pesar
de todo se seguían practicando.
A causa de sus
denuncias y de su activismo, Iqbal era un personaje cada vez más
incómodo para aquellas personas que se beneficiaban del trabajo
infantil. A pesar del riesgo que adquiría a causa de su combatividad
y creciente notoriedad, a pesar de las amenazas de muerte que recibió,
siempre rechazó la escolta policial, incluso se negó a trasladarse
a la capital o a un lugar más seguro. Prefirió quedarse entre
los suyos.
En 1994 Iqbal
ganó el "Premio Reebok a la juventud en acción", instituido
para reconocer las actividades en pro de la infancia. Un premio otorgado
por Reebok, una multinacional que paradójicamente estaba utilizado
mano de obra infantil en sus fábricas de Pakistán (la concesión
del premio coincidió con un reportaje de la cadena CBS en el que
se denunciaba esta paradoja).
Iqbal en alguna ocasión
había dicho que quería llegar a ser abogado, para poder defender
con más eficacia su causa. Pero un año más tarde,
en 1995, mientras iba en bicicleta, fue asesinado de un disparo.
En el año
2000 se otorgó el "Premio de los Niños del Mundo" por primera
vez. A título póstumo, se concedió a Iqbal Masih.
1 comentario:
llego un poco tarde pero me uno a tu reivindicación.
biquiños,
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