Como usuaria y profesional de la sanidad pública quiero publicar una serie de entradas dedicada a la lucha que se libra en mi centro de trabajo: el hospital Gregorio Marañón y que ayer protagonizó un encierro de los trabajadores y miembros del Comité de Empresa ante las medidas demoledoras del Gobierno de Madrid que afectará y modificará el sistema sanitario público como hasta ahora lo hemos conocido.
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En el Hospital Gregorio Marañón de Madrid, existe una obra de arte escondida, entre maleza y ramas secas, del escultor José Luis Sánchez. Esta frente a las Consultas Externas y a pesar de todo el trasiego que tiene esa zona de pacientes y personal pasa desapercibida. Es una obra desdeñada, olvidada y devaluada a través del tiempo. Quizás sea una analogía de lo que está sucediendo en Madrid con la sanidad pública, trabajadores públicos y en general con todo lo que supone el Estado de Bienestar.
El pasado miércoles el Gobierno Regional aprobó el Anteproyecto de Presupuestos Generales de la Comunidad de Madrid para 2013, en el que, entre otras, se aprueban medidas con dos objetivos fundamentales: privatizar la sanidad madrileña y disminuir de forma drástica su número de trabajadores. Y esto supondrá la pérdida de casi 8.000 puestos de trabajo.
El pasado miércoles el Gobierno Regional aprobó el Anteproyecto de Presupuestos Generales de la Comunidad de Madrid para 2013, en el que, entre otras, se aprueban medidas con dos objetivos fundamentales: privatizar la sanidad madrileña y disminuir de forma drástica su número de trabajadores. Y esto supondrá la pérdida de
casi 8.000 puestos de trabajo. Así de
contundente.
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En el Hospital Gregorio Marañón de Madrid, existe una obra de arte escondida, entre maleza y ramas secas, del escultor José Luis Sánchez. Esta frente a las Consultas Externas y a pesar de todo el trasiego que tiene esa zona de pacientes y personal pasa desapercibida. Es una obra desdeñada, olvidada y devaluada a través del tiempo. Quizás sea una analogía de lo que está sucediendo en Madrid con la sanidad pública, trabajadores públicos y en general con todo lo que supone el Estado de Bienestar.
El pasado miércoles el Gobierno Regional aprobó el Anteproyecto de Presupuestos Generales de la Comunidad de Madrid para 2013, en el que, entre otras, se aprueban medidas con dos objetivos fundamentales: privatizar la sanidad madrileña y disminuir de forma drástica su número de trabajadores. Y esto supondrá la pérdida de casi 8.000 puestos de trabajo.
El pasado miércoles el Gobierno Regional aprobó el Anteproyecto de Presupuestos Generales de la Comunidad de Madrid para 2013, en el que, entre otras, se aprueban medidas con dos objetivos fundamentales: privatizar la sanidad madrileña y disminuir de forma drástica su número de trabajadores.
Los trabajadores
del Hospital Gregorio Marañón se llevan manifestando en la calle hace seis
meses desde que se suprimió la paga de navidad, se penalizara estar enfermo con
descuentos muy importantes en nómina y en general por todos los recortes salvajes en materia de salud.
En las concentraciones de la calle O'Donnell el
número de trabajadores ha disminuido, sobretodo desde que en el mes de septiembre
les acompañen policías antidisturbios del Ayuntamiento de Madrid que acuden a
la misma hora de los manifestantes, escoltándolos desde su inicio de la marcha
hasta el final de la concentración, evitando que éstos corten el tráfico en
señal de protesta y con gritos de Sanidad Pública. Pero no sólo los
trabajadores no acuden a estas concentraciones por la presencia policial. El
desánimo recorre pasillos enteros del centro, se introduce en las charlas
diarias en el desayuno, con cientos de rumores como que está pendiente un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de dimensiones inimaginables contra el personal laboral del Gregorio Marañón
que afectaría a miles de profesionales o el desmantelamiento de la sanidad
pública poniéndola a manos de inversión y fondos de capital de riesgo como las
empresas de Capio, Adeslas, entre otras.
Marga Merino, Auxiliar de obras y servicios, interina en el Hospital Gregorio Marañón desde 1990. Ve peligrar su futuro y toda una vida dedicada al hospital. |
Hay miedo, desazón, inseguridad y enfado,
mucho enfado. Y más cuando el pasado viernes se conoció la privatización
de los 6 hospitales que funcionan como empresa pública (Norte, Vallecas,
Arganda, Parla, Coslada y Aranjuez) además de la desaparición del Unidad
Central de Radiodiagnóstico. Esto afectaría a 5.500 profesionales sanitarios de
los que tan solo 1.418 son fijos y tienen por tanto garantizado su puesto de
trabajo, o la noticia sobre el destino del Hospital de La Princesa que se
transformará en un centro para la patología de las personas mayores, por lo que
los servicios actuales desaparecerán.
Todo esto y más hacen que el futuro del
Gregorio Marañón, buque insignia de la sanidad pública madrileña y pionero en múltiples proyectos de investigación
médica en todo el mundo se vea amenazado con esta corriente privatizadora que
afectará de forma global a todo el centro..
Los profesionales del Gregorio Marañón,
trabajan con exquisita dedicación por su trabajo, lo hacen sin ruido, asumiendo
el aumento de jornada que se les implantó desde el mes de marzo y esperando con
pánico a ese futuro lúgubre que se acerca. Centenares de ellos tienen contratos
de interinaje desde hace más de quince años, pensando que un día quizás, se
convoquen plazas fijas en forma de consolidación de empleo, convocatorias
actualmente paralizadas al igual que la contratación de jubilaciones (unas 500
anuales sólo en el centro) y demás contratos de interinaje.
Según la política de Ignacio González que ha
descargado el mayor golpe contra la sanidad madrileña con los Presupuestos para
el 2013, la estabilidad en el empleo pende de un hilo y mucho personal fijo se
cuestiona si mereció la pena prepararse tan duramente las oposiciones que un
día les aportó una plaza fija. ¿Hay algo
fijo ahora? –Se preguntan muchos trabajadores.
Hoy mismo en el Gregorio Marañón los profesionales han comenzado con un
encierro indefinido en el Aula Magna del centro, sumándose ya a un total de 17
centros sanitarios en todo Madrid encerrados en protesta de estas últimas
medidas devastadoras tanto para los profesionales como para los ciudadanos
usuarios de la sanidad pública.
Hay miedo, mucho
miedo por la incertidumbre. Hay desmotivación y pocas esperanzas de conservar
el puesto de trabajo ya que al menos 1.000 trabajadores del hospital, cuyos
contratos finalizan el día 31 de diciembre, desconocen si estarán trabajando en
el centro el próximo 1 de enero. Cada día, en cada turno de trabajo, surgen
nuevos rumores a cual más sombrío en cuanto el futuro del hospital y de sus
empleados. Se intuye que la peor de las noticias inimaginables salga publicada
en la prensa un día de estos. Como ha sucedido en el hospital de La Princesa, la privatización de la Lavandería Central o el Expediente de Regulación de Empleo que afecta a unos ochenta trabajadores sobre un total de cien personas que había en la plantilla en la Agencia Laín Entralgo.
Concha Hijosa, jardinera del Gregorio Marañón. Aprobó la oposición en el año 1992. Tiene la sensación que de un momento a otro privaticen su servicio. |
En las
asambleas resurge la petición de unidad entre todas las categorías, propuestas
para la inminente huelga general, el grito de lucha, la suma de la huelga
indefinida de médicos a finales del mes de noviembre y también argumentos de
que nada sirve protestar pues la decisión del Gobierno de Madrid está firmada y
que todo sigue adelante con la privatización y los despidos. Lo cierto es, que
el Hospital Gregorio Marañón puede llegar a tener la misma fuerza de antaño, la
misma firmeza que un día le caracterizó en la lucha por los derechos laborales y sociales. Y esto puede ser posible
caminando o reventando en el intento. Quizás la última palabra lo tengan tanto
los profesionales de la salud, como también a los propios ciudadanos pues la
oleada de cambio en el mapa sanitario madrileño nos afectará en un futuro no
muy lejano. Y merece la pena pelear por lo que es de todos como es la sanidad
pública universal que garantice el derecho fundamental a la salud y la vida.
3 comentarios:
Ramón y Cajal, el Clínico y Móstoles se suman a los encierros. La 'marea blanca' de la sanidad madrileña alcanza ya a 17 hospitales, incluidos los seis cuya gestión se privatizará
Quieren privatizar todo para tener el negocio que supone el área sanitario. Y lo peor estamos indefensos!!
Nadie reacciona. Por ahora lo primero que tenemos que hacer es sacarle el poder político al PP, eso es urgente.
Saludos solidarios.
Gracias Ohma por tus palabras....esperemos que sigamos reaccionando, con huelgas, con encierros y con más lucha!
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