Cada año cientos, miles de mujeres afganas se siguen suicidando mediante la auto-inmolación para escarpar así de matrimonios violentos de pesadilla, leyes abusivas y de la pobreza extrema.
El divorcio es demasiado vergonzante para la cultura afgana, en especial para la que está en una posición claramente de sumisión frente al varón por lo que la inmolación es la única alternativa. Es su forma de escapar, su forma de ser libres de la opresión.
Muchas recurren a lo que tienen más a mano en casa como aceite de cocina hirviendo. La epidemia continúa, el suicidio sigue siendo una medida extrema como medio de liberación y ese cese inmediato a una condena por razón de género. El número de casos sigue aumentando.
De nuevo en Afganistán, que es uno de los perores países del mundo para nacer niña.
Las fotografías son muy duras. Si queréis verlas todas, os advierto que pueden herir la sensibilidad. La totalidad del reportaje aquí...de Lynsey Addario.
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4 comentarios:
Creo que si estuviera allí, en las mismas condiciones que ellas, también pensaría en el suicidio para liberarme. Las comprendo. Aunque sería mejor poderlas ayudar para que escapen del yugo de la familia política.
Un beso, Ali.
Terrible historias, ojala las culturas no fueran tan hostiles con las mujeres...besos
Os invito a leer mi opinión sobre este tema en este post:
http://observadorsubjetivo.blogspot.com/2010/11/menos-mi-madre-y-mi-hermana-todas-putas.html
!no puede ser! que por culpa de mi propio genero masculino la majeres tengan que sufrir así.
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