martes, abril 16, 2013

Hoy, Día Internacional contra la esclavitud infantil.


Hoy Día Internacional contra la esclavitud infantil quisiera recordar a un héroe que luchó contra esta injusticia: Iqbal Masih.

Iqbal Masih tenía cuatro años cuando su padre lo cedió a una fábrica de alfombras de Punjab a cambio de un préstamo para pagar la boda de Aslam, el hijo mayor. Era un hecho habitual: los hijos menores eran entregados a cambio de préstamos, para casar a los mayores. Para la madre de Iqbal, una campesina pobre, conseguir el dinero para la boda de Aslam era una obligación: reunir una suma apreciable para permitir que su hijo Aslam se pudiera construir una casa o adquirir tierras antes de casarse.  En aquellas circunstancias, Iqbal y Patras, el otro hermano menor de Aslam, debían mostrase solidarios con su hermano mayor.
En estos casos, los patronos de las fábricas recuperaban el dinero prestado descontando una parte del salario mensual acordado con sus obreros esclavos, o con su familia en el caso de menores, lo que forzaba a los trabajadores a permanecer a su servicio hasta la restitución total de la deuda. Pero a los patronos les alegraba ver a los trabajadores o a las familias de los menores pedir nuevas cantidades antes de que el miserable salario hubiera redimido la deuda anterior, ya que de esta forma la deuda no se amortizaba nunca. Al contrario, crecía, y el patrón se podía seguir beneficiando de aquel trabajo en condiciones de esclavitud.
Fue en estas circunstancias que el 1987 Iqbal empezó a trabajar más de 12 horas diarias haciendo alfombras para devolver el préstamo familiar, pero a causa tanto de los leoninos intereses que había impuesto el amo sobre el préstamo, como de los nuevos préstamos solicitados por el padre, la deuda se iba haciendo cada vez mayor, hasta que llegó a las 13.000 rupias años más tarde, el 1992.
Entonces, al cabo de cinco años, Iqbal  conoció a Ehsan Khan, un luchador contra el trabajo esclavo, creador del Bhatta Mazdoor Mahaz (Frente de los trabajadores de ladrillos). Las fábricas de ladrillos era otro de los focos de trabajo esclavo: doce horas al día, bajo un calor tórrido, familias enteras trabajaban elaborando ladrillos. Niños y niñas, desde los cuatro y cinco años,  trabajaban desde la mañana hasta la noche ayudando a sus padres.
Iqbal  aprendió de Ehsan Khan a no tener miedo de denunciar la situación de los niños tejedores de alfombras. Y a partir de 1993 se convirtió en un líder infantil que denunciaba las condiciones laborales, los horarios y el régimen de esclavitud en el que viven aún los niños trabajadores en algunos telares de alfombras.
Iqbal se empezó a hacer popular, y numerosas asociaciones humanitarias comenzaron a prestar oídos a una situación que contravenía los derechos infantiles y que el Gobierno de Pakistán había preferido ignorar hasta la fecha a pesar de los acuerdos internacionales suscritos. En 1992, Pakistán había firmado la Convención contra el trabajo infantil, poco después de que hubiera prohibido la esclavitud por deudas. Pero el trabajo infantil y los trabajos por deudas a pesar de todo se seguían practicando.
A causa de sus denuncias y de su activismo, Iqbal era un personaje cada vez más incómodo para aquellas personas que se beneficiaban del trabajo infantil. A pesar del riesgo que adquiría a causa de su combatividad y creciente notoriedad, a pesar de las amenazas de muerte que recibió, siempre rechazó la escolta policial, incluso se negó a trasladarse a la capital o a un lugar más seguro. Prefirió quedarse entre los suyos.
En 1994 Iqbal  ganó el "Premio Reebok a la juventud en acción", instituido para reconocer las actividades en pro de la infancia. Un premio otorgado por Reebok, una multinacional que paradójicamente estaba utilizado mano de obra infantil en sus fábricas de Pakistán (la concesión del premio coincidió con un reportaje de la cadena CBS en el que se denunciaba esta paradoja).
Iqbal en alguna ocasión había dicho que quería llegar a ser abogado, para poder defender con más eficacia su causa. Pero un año más tarde, en 1995,  mientras iba en bicicleta, fue asesinado de un disparo.
En el año 2000 se otorgó el "Premio de los Niños del Mundo" por primera vez. A título póstumo, se concedió a Iqbal Masih.
 

1 comentario:

Aldabra dijo...

llego un poco tarde pero me uno a tu reivindicación.

biquiños,