lunes, agosto 16, 2010

El tercer mundo muere de cáncer.

*Fotografía de Marta Ramoneda: Un médico local MSF hace un chequeo médico a los niños desplazados en el centro Takht Bhai de salud rural en el distrito de Mardan, Paquistán.

El tercer mundo muere de cáncer, es lo que he podido leer hoy: ahora los tumores son la primera causa de muerte en los países de bajos ingresos. Un escenario en el que se registran dos tercios de todas las muertes por esta enfermedad en el mundo.
Lejos se ha quedado las enfermedades infecciosas como el Sida o las derivadas por la ingestión de agua no potable o la escasez de ésta en países que ven mermados el acceso a fuentes por malditas sequías interminables (algunos lo llaman calentamiento global) suceso que a China, le trae sin cuidado puesto que están quemado la mitad del carbón del planeta pese al cambio climático.
El caso es que los tratamientos para la nueva geografía de mortalidad en los países pobres se llama cáncer y se traduce en dinero que no disponen las personas de escasos recursos cuando cerca de 1.000 millones de personas viven con menos de un dólar al día.
Y es que detrás de una M de miseria, siempre está la M de money
. Así pues, sin dinero no hay esperanza, no hay nada. El dinero determina qué o quiénes tienen derecho a vivir en la mayoría de los países del mundo. Por lo tanto, la pobreza también significa morir antes que los habitantes de los países más ricos simplemente por no tener dinero para conseguir medicamentos y tratamientos adecuados. Y esto, desgraciadamente seguirá estando en la memoria de los que no tienen nada.
Se calcula que todos los años mueren casi 11 millones de niños (es decir, 30.000 niños al día) antes de cumplir 5 años de edad.
¿Se verán cumplidos los deseos de los Organismos Internacionales sobre el tan cacareado Objetivos del Milenio?
Unos Objetivos del Milenio que se tienen o deberían conseguir con pequeñas, grandes cooperaciones, aportaciones, con cadenas y lazos invisibles que se van forjando a lo largo del tiempo. Pero siempre, siempre con voluntad y ganas de trabajar por los más desfavorecidos. Y lo digo bien alto porque las promesas de dichos Objetivos se dilatan en el tiempo y mucha gente perece por enfermedades algunas fácilmente prevenibles como por ejemplo el virus del sarampión y eso es intolerable.

3 comentarios:

Mercè Salomó dijo...

¡Cuánto dolor me producen estas noticias!

La he compartido en el FB.

Un besazo!

Anónimo dijo...

Es verdad, pero el dolor no cambia los hechos, los cambia el que puede y quiere. Ese dolor no le llega a toda la humanidad, hay demasiadas implicaciones.

Mayte Hortelano dijo...

Oohh... qué horror... Me quedo muda, qué barbaridad...
Te sigo leyendo, aunque sea desde mi silencio. Sigue así Alicia.
Muchos besos!!.