martes, abril 22, 2008

Lápices llega a Dajla.

Dajla surgió en medio de la nada. De un inhóspito desierto, una tierra estéril, yerma, rojiza con un infinito horizonte. Una imagen irreal, camuflada, parte integrante de este mar evaporado, silenciosa como un animal dormido.

Como si de un espejismo se tratara, apenas se definían las figuras de las jaimas. El viento, la arena recorrían el vasto paisaje. Cabras, camellos soportando un sol inclemente...se difuminaban mientras recorríamos en coche una carretera de arena fina y el polvo se introducía de forma implacable en las fosas nasales, ojos, pliegues de la ropa, uñas…

Los niños saludaban al paso de nuestros coches. Descalzos, con amplias sonrisas y dientes blanquísimos. De las casitas de adobe y jaimas aparecían mujeres ataviadas con la típica melfa, enormes gafas de sol y guantes que tapaban con empeño sus manos.


Llegamos al punto de encuentro donde nos asignaban una familia de acogida. Nuestra familia saharaui.
* Mujeres, hombres y niños de Dajla recibiéndonos.


Todo el material escolar, 120 kilos llegó sano y salvo a Dajla. Después de casi 180 kilómetros que separan Tinduf con Dajla, de los cuales 120km están asfaltados y 40 en pleno desierto las maletas estaban irreconocibles por la cantidad de polvo acumulada.
Mucha gente se agolpaba alrededor de todos nosotros, observándonos. Un pequeño examen visual que era mutuo, con curiosidad y respeto.

Nos asignaron una familia que desconocíamos sus nombres. Y nos dejamos llevar con todas nuestras maletas y en la entrada de una casita de adobe apareció un niño de unos tres años, desnudo de cintura para abajo, descalzo, de mirada limpia y transparente y una sonrisa que nos robó a todos el corazón. Más tarde supimos que era Kofi, el pequeño de una grandísima y magnífica familia.
*Foto Denbet con el pequeño de la familia Kofi.

Una vez instalados nos pusieron inmediatamente bebidas frescas y nos presentaron a Denbet Lkenti la madre de una familia integrada por seis niños varones y viuda desde hace pocos años.

Denbet es de personalidad tranquila, anda por la estancia casi deslizándose, sin ruido. Transmite una gran serenidad y me inspira una gran confianza. A todos nos llamó la atención esta mujer atenta, amable, discreta y sobretodo, silenciosa.

Puso inmediatamente la mesa y comida abundante siempre alerta de que no nos faltara de nada.
Kofi revolotea alrededor, nos observa, desliza con su pequeño dedo la piel de nuestros brazos. Sus ojos brillan de una forma espectacular.
Estamos con el increíble pueblo saharaui por fin.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Disfrutad todo lo que podáis...!!! La vuelta se hace muy dura y se echa demasiado de menos lo que allí se deja.

Un abrazo!

Eifonso Lagares dijo...

Enhorabuena por llegar en buen estado y con alegría al destino propuesto.

Un saludo a todo ese pueblo hermano que hemos abandonado hace treinta y tres años en ese desierto.

No me pierdo una noticia sobre el festival de cine.

Un saludo y un beso muy fuerte.

Anónimo dijo...

Magnifico relato que nos deja ver la amabilidad de estas gentes a la que España abandono hace 33 años a su suerte, algún día ,espero que pronto, vuelvan a su tierra ,ellos que con una sonrisa destruyen todos los muros de abandono y desolación por el paraje inhóspito. Gracias por hacernos participes de este viaje.

Anónimo dijo...

Me ha cautivado la sonrisa y la mirada de este niño, y esa madre tan relaja, con lo que llevan de lucha por su tierra (Sahara Occidental) y los años de abandono de los gobiernos españoles y de la ONU con un referéndum que nunca llega. POLISARIO Vencerá.
Gracias por informarnos de lo que ves en los campamentos.
P.D.te leo hace tiempo y creo que haces una gran labor .Besos

La Maga dijo...

Disfrutad y aprended todo lo que podaís de vuestro viaje. Gracias por descubrirnos una nueva realidad a través de los ojos de personas que nos siguen considerando hermanos a pesar del abandono de nuestro gobierno. El pueblo saharai es un ejemplo de lucha de y de humanidad.

Un beso.

qaesar dijo...

Os seguimos desde España, Alicia.

Un abrazo

Alex dijo...

que bien has descrito nuestra llegada Alicia.
Que bonitos han sido estos dias junto a los saharauis y que dura la partida, pero contentos de haber compartido estos dias con vosotros, de haber observado juntos esta dura realidad en la que viven y haber conocido a esta gente maravillosa que son los saharauis.
Un abrazo fuerte

Anónimo dijo...

hola a tod@s
gracias por pintar miles de sonrisas en los rosotros de nuestros niños
gracias por aportarles esa pincelada de felicidad que realmente necesitan en ese infierno en el que viven,
gracias por este blog por ser la voz de miles de saharauis que no tienen acceso a los medios y a la tecnologia por expresarse
gracias a tod@s los españoles que intentan hacer todo lo posible para que nuestro pueblo no caiga en el olvido
reciban un cordial saludo
maima

Alicia Mora dijo...

Hola Maima!! una alegría y un honor que estés por aqui.
Gracias a vosotras, a todo el pueblo saharaui, a un corazón como el que tenéis, enorme, que ilumina el desierto.
Abrazos...

Anónimo dijo...

Gracias Lápices por pintar sonrisas y brindar esperanza.
S.R. :)