viernes, febrero 08, 2008

Con nombre de mujer.

Maima Mahamud. Creó en 1999 la Escuela de Mujeres de Dajla. Un proyecto piloto que sería replicado en los demás campamentos saharauis. Foto Hernán Zin.

Lo dicen los estudios, los informes del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola, el Banco Mundial y las Naciones Unidas.
Ponen de manifiesto la clara evidencia de que la mejora de los derechos de la mujer reduce la pobreza y acelera el desarrollo económico.

Hay explicaciones: las mujeres con más estudios contribuyen más a la economía, cuando se les da la oportunidad, las mujeres del campo parece manejar los presupuestos familiares y los recursos económicos mejor que los hombres y tienden más a devolver los microcréditos.
Mujeres con un nivel más alto de formación y derechos son más conscientes de la importancia del control de la población para la familia y contribuyen más a extender el uso de los métodos de control de natalidad.

La mujer es el motor del cambio para la erradicación para superar la pobreza en la mayoría de los países. Pero la discriminación, falta de recursos, de apoyos, y la desigualdad hace que ese cambio sea lento, invisibilizado, hasta casi normalizado.

El escritor y periodista Hernán Zin nos recuerda mediante su trabajo “Mujeres que cambian el mundo”, son ellas las que con su fuerza están dando pasos importantes, no carentes de un esfuerzo ímprobo pero con enormes y espectaculares resultados.

África, Asia, América Latina …son los países de once maravillosas mujeres que están dedicando su vida a luchar por ese cambio social y necesario en contra de la pobreza, y la marginalidad.

Ahora que tristemente leo: dos millones de niñas africanas están en riesgo de sufrir una mutilación genital cada año, miro la imagen de Agnes, una de esas once mujeres y elegida como mujer del año por Naciones Unidas en Kenia, una luchadora nata, activista social de origen masai que se dedica a visitar las escuelas de su comunidad para luchar contra la ablación de clítoris. Y cambia mentalidades y es un referente de transformación social.

Por todo esto, ojalá que los líderes políticos colaboren para mejorar la situación de los países más pobres, que consideren un comercio internacional basado en la igualdad y por supuesto, cancelen deudas y tiendan una mano fuerte a todas aquellas mujeres que están moviendo el cambio para la erradicación de la pobreza.

Agnes, Alison, Urmi, Cristina, Rosemary, Guillian, Eunice, Maima, Margarita, Belén, Milred...mi admiración, mi respeto. Y a todas aquellas mujeres que luchan diariamente en la sombra.

7 comentarios:

L.K.M.L dijo...

Mujeres admirables: TODAS ELLAS! sin lugar a dudas, mi mas grandes respetos.

Siempre es hermosos saber que ahi afuera existen personas que luchan para que este mundo sea mas justo.

Un abrazo desde la distancia!!!


Mujeres ejemplares. Asi, vale la pena seguir luchando.

Francisco O. Campillo dijo...

"Me han estremecido
un montón de mujeres"

Silvio Rodríguez

Eifonso Lagares dijo...

Las mujeres merecen más post com este .
Sumo mi admiración y respeto a todas las mujeres que han hecho mucho a cambio de nada y en ocasiones venciendo resistencias.

Besos

June Fernández dijo...

Hasta ahora se pensaba que en los países más desarrollados hay más igualdad entre mujeres y hombres. No se ha entendido que, como dices, es al revés: el desarrollo no genera igualdad, sino que la igualdad impulsa el desarrollo. Genial entrada.

Anónimo dijo...

me sumo a la admiración. hay mujeres grandes!

Anónimo dijo...

Mujeres admirables como tantas otras que permanecen en el anonimato.Me gustaría recordar hoy a una de ellas Maha Nassar, presidenta de la Unión del Comité de Mujeres Palestinas. Una mujer que ha luchado por la libertad, por la integración de la mujer en el mundo laboral y político de Palestina.Que aboga y lucha por una educación en tolerancia y respeto para que los niñ@s no sean captados por el integrismo. Una mujer que ha estado encarcelada en numerosas ocasiones por Israel y por los distintos gobiernos Palestinos. Cuando una es testigo directo no cabe más que mostrar: Mi admiración y solidaridad también con ella.
Teresa
Lápices para la paz.

Redeyes dijo...

Yo conocí a una de esas magníficas mujeres que viven y sufren en el subdesarrollo. Fue en Nicaragua, hace 20 años. Trabajaba, estudiaba y mantenía a sus seis hijos de distintos padres. Por la noche iba a la trinchera, a defender su poblado de los ataques de la "contra". Mientras, la mayoría de los hombres pasaban el día durmiendo y bebiendo ron. Me uno a las felicitaciones por la magnífica entrada. Saludos