miércoles, noviembre 07, 2007

Zahara y Nour, de regreso a casa.

El tiempo pasa irremediablemente.
Los meses, los días. Y de repente, te das cuenta que llega el momento de la despedida, del adiós.
Zahara de Iraq y Nour de Palestina nos dejan. Regresan a casa.
Y no es una despedida cualquiera.
*Foto de izquierda a derecha, Zahara y Nour.

No lo es porque sus destinos no son lugares de ensueño ni ciudades que aparecen en catálogos de vacaciones.
No son lugares idóneos para nadie y menos para niños. Son lugares donde hay una guerra cruel y despiadada. Pero son sus hogares, donde están sus familias, su identidad y sus raíces.

Nour golpea varias veces la puerta con el puño y apoya su pequeña cara en ella. Ríe y asiente con la cabeza. Oye el sonido que emite los golpes de su pequeña mano.
El implante coclear ya está emitiendo sonidos. Ella, contentísima está comenzando a aprender y darles su significado.
La intervención quirúrgica fue todo un éxito gracias al trabajo del equipo de otorrinología del Hospital Jiménez Díaz de Madrid.
Nour ya no vive en el silencio y podrá escuchar el sonido de los pájaros cuando regrese a Jericó, Palestina.
La pequeña seguirá con su tierna inocencia, ajena a la presión que sufre su pueblo e irá al colegio cada día, enfrentándose al duro trabajo que le queda para que la comprendan y la escuchen.
Lápices para la paz llegó a ella de forma casi casual, su historia nos conmovió especialmente y ahora comprendo la lucidez de esa niña cuando nos decía que iría con nosotras y volvería con sonidos en la cabeza. No le faltó razón. Nos dice adiós y que regresemos a su casa pronto. Ojalá.

Zahara tiene muchas ganas de abrazar a su madre. Sus seis meses con nosotros, recuperándose de las tremendas secuelas debidas a un coche bomba en Bagdad cuando iba al mercado, ha sido un verdadero calvario para ella.
Los días eran interminables en el hospital, el idioma extraño en un mundo extraño. Los injertos de piel, el dolor, y las curas tan desagradables se hacia casi insoportable permanecer serena.
Pero su fortaleza hizo el resto y las ganas de vivir, aprender, conocer.
En estos seis meses, ha aprendido a hablar el castellano de forma asombrosa, a escribir y leer. Ha atesorado grandes experiencias con nuevos amigos y amigas y se ha reencontrado con la libertad.
Además su cuello ya no es una coraza rígida pues ha recuperado el movimiento y sus brazos se han despegado del cuerpo gracias a la excelente labor del equipo de la Unidad de quemados del Hospital La Paz de Madrid.
Zahara ahora se enfrenta de nuevo al día día de una ciudad aterrorizada por la violencia y la guerra.
Nos despedimos con un fuerte abrazo y ella nos llena de besos. No será nada fácil su regreso. Para nadie.
Dos niñas supervivientes que serán grandes mujeres mañana. Entrelazadas la una a la otra, y por todo el equipo de Infancia Solidaria, pero también unidas por la esperanza.
Hasta siempre chicas.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Despedidas así de personas así dejan muy mal sabor de boca, pero ensanchan el corazón por lo que se llevan y nos queda de ellas. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Se van pero se llevan la esperanza de una nueva vida, gracias a la labor de gente como la Ong Infancia Solidaria y el equipo quirúrgico de los hospitales La Paz y Jiménez Díaz, y como no a la labor realizada desde Lápices, gracias por hacernos participes, esta despedida será un hasta pronto

Carmen dijo...

Hermosas historias, tristes despedidas... esperemos q el futuro sea con ellas más generoso de lo q ha sido el pasado...

Gracias a todos los q han devuelto la sonrisa a estas valientes y hermosas niñas...

Besos.

Alicia Mora dijo...

Zahara y Nour ya están en casa. Llegaron muy bien. Ahora les queda seguir con su valentía y ganas de vivir.
Un beso a tod@s..

Sólo quien ama vuela dijo...

Nos gustó mucho la historia por lo que tiene de bueno. Esperamos que a Nour y Zahara les vaya muy bien, a pesar de donde están sus hogares.

Hemos puesto un post en nuestro blog reseñando esta historia. Espero que no os importe.

Gracias y felicidades por "Lápices para la paz".

Alicia Mora dijo...

Gracias por las palabras. Podéis dar difusión de estas dos valientes.
Un abrazo.