martes, enero 16, 2007

Mujer Palestina 2ª parte. Maha Nassar.

Según Amnistía Internacional las mujeres palestinas sufren la peor parte de la creciente militarización del conflicto, que ha provocado un deterioro espectacular de la situación de los derechos humanos en Cisjordania y la Franja de Gaza en los últimos cuatro años y medio. Los niveles de pobreza y desempleo sin precedentes, y el aumento de los problemas de salud, derivados de los bloqueos y restricciones impuestas por Israel en los Territorios Ocupados han agravado las presiones y limitaciones a que están sometidas las mujeres en la sociedad patriarcal palestina.

Nos acompañará en nuestro viaje, como ya hemos dicho anteriormente, la Presidenta de la Unión de Comités de Mujeres Palestinas, Maha Nassar, que vive entre Jerusalén y Ramala. Esta gran mujer es una defensora de los derechos humanos y de la causa palestina. Por luchar por los derechos de las mujeres ingresó en la carcel, sufriendo tortura y humillaciones. Pero ella con impetu y perseverancia sigue luchando en pro de la libertad.
Entre diferentes reconocimientos, Maha fué honorada con el primer premio de la doceava celebración de los premios Pasionaria, galardón anual que se concede a mujeres activistas de todo el mundo en memoria de la mujer que con este nombre defendió los derechos humanos y de la infancia durante la guerra civil española. Concedido en Marzo de 2005 en Asturias.
La Unión de Comité de Mujeres, se creó en 1980, principalmente para cambiar la situación política de la mujer en la zona y para poder realizar cambios dentro de una sociedad clásica. Hasta entonces las mujeres trabajaban en organizaciones de caridad, con actividades meramente asistenciales. No se estaba haciendo en aquel momento ningún trabajo de reflexión para cambiar el estatus de la mujer. A finales de los setenta comenzaron a surgir y activarse muchas organizaciones de mujeres en distintas zonas para trabajar en la línea de conocimiento y concienciación de los derechos de la mujer, en la línea de ayuda a las mujeres, para intentar cambiar la sociedad en su entorno más próximo, y en una tercera línea, ayudando a las mujeres más pobres económicamente para que pudiesen salir adelante procurándose el sustento.
Maha comenta que la mujer palestina tiene tres grandes problemas:
"Una primera fuente de problemas son las mentalidades fuertemente influenciadas por las manipulaciones de carácter religioso. Es la mentalidad de muchos hombres que consideran que la función de las mujeres es parir y estar en la cocina. Prohíben a sus mujeres tener otras ocupaciones o actividades. En algunos casos tal vez les dejen estudiar, pero no les permitirán tener su propio negocio, tener negocios con un hombre, tener libertad de movimientos o de elección.
La situación económica es otro foco de problemas. Como en muchos países del mundo, el trabajo de las mujeres no cuenta ni siquiera como trabajo. Es, además, una mano de obra muy barata. Muchas de ellas están ocupadas en la economía sumergida (en el sector textil, por ejemplo) y también muchas son empleadas de gente israelí (el número de estas trabajadoras duplica al de los hombres que trabajan para israelíes); no tienen ninguna ley que las proteja, no hay continuidad, cualquier incidente político puede truncar esa relación laboral.


La tercera fuente de problemas es cómo viven las mujeres en esa situación de ocupación. También los hombres están bajo la ocupación, pero ellas son las que están pagando el precio más alto. Ellas son las que están en primera línea en las peleas con soldados israelíes, viven permanentemente atemorizadas por la suerte de sus hijos, se ocupan de trabajar las tierras y son las primeras en sufrir –puesto que están en las tierras cultivadas– cuando los israelíes les arrancan los árboles y les confiscan las tierras. Si sus hombres están sin trabajo, están presos o muertos, son ellas las que se ocupan de llevar el dinero a casa para mantener a la familia. Son las mujeres las que más sufren la pobreza. Para colmo, muchas tienen también que soportar que sus hombres lleguen a casa deprimidos o molestos por la situación externa y lo descarguen sobre ellas y los hijos.

Por supuesto, también guarda relación con estas situaciones la cuestión de clase. Las mujeres ricas –que también las hay– tienen menos problemas que las de clase media, y éstas, a su vez, menos que las más humildes. Piensa que, en ocasiones, en una misma habitación duerme una familia de veinte personas.

La zona, más o menos insegura, donde las mujeres vivan es otro factor de influencia, y esto no tiene que ver con que sean zonas rurales o urbanas; las mujeres pobres de las ciudades pueden vivir en una situación tan difícil como las mujeres del campo.

En otro peldaño aún más bajo están las mujeres de los campos de refugiados. A pesar de esto, hay algo que las une a todas para trabajar juntas: la autodeterminación del país y la lucha por conseguir unos determinados derechos. Las que tienen una ideología más fuerte son las que viven en los campos de refugiados.
En la vida cotidiana hay cierre de territorios, controles militares... En esta situación tan crítica hay padres que prefieren que sus hijas no vayan a estudiar a la Universidad y se queden en casa a enseñar a los hermanos más pequeños.

Hay también un problema muy grave con las mujeres viudas y divorciadas, rechazadas por la sociedad. Hay mujeres obligadas a casarse con el hermano de su hombre o bien con otro que la familia elija, porque consideran que son mujeres desprotegidas.

Por otra parte, en la cuestión de las herencias, las mujeres tienen derecho a heredar de su padre la mitad que los varones. Ésta es una ley islámica. Lo peor es que muchas veces ni siquiera pueden percibir esa herencia, pues la sociedad considera que no es una buena mujer la que reclama bienes de su familia, así que en la práctica no es fácil hacer uso de este derecho."
La asociación que preside Maha Nassar la forman, a día de hoy, 2.000 mujeres repartidas a lo largo de la franja de Gaza y Cisjordania, y tiene como fin el desarrollo del estatus de la mujer a escala económica, social, legal, cultural y política.
Maha es un símbolo de la lucha, la fuerza y el ímpetu de una mujer con letras mayúsculas. Es una mujer comprometida con todos los movimientos sociales y políticos. Estamos seguras que su presencia nos envolverá de forma inolvidable. "Lápices para la paz" llevará su particular granito de arena, aportando esa gota del océano a la aurda labor de lucha por su pueblo, por las mujeres y los niños, entre otras, y en la creación de guarderías y escuelas que hoy se extiende por toda Palestina.
Post Alicia.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Desde luego vaya equipo de mujeres de bandera os vais a juntar allí!!!
Maha, Ali, Teresa, Soraya... Conocer a Maha debe de ser una experiencia alucinante, qué mujer!!, supongo que lo aprovecharéis al máximo,ya nos contaréis.

BESOS

Anónimo dijo...

Estupendo post sobre Maha Nassar. Gracias por ayudarnos a conocerla.
(Un voto para ti)

Anónimo dijo...

Un trazo fuerte y decidido. Una línea clara y sensible. Los Lápices van dibujando el contorno coloreado de la Paz sobre la grisalla informe de la corrupción y la indiferencia.
Los Lápices que entregareis son al mismo tiempo los lápices que desde ya os retratan como mujeres y como seres humanos.
Un contorno preciso, luces y sombras que devuelven a la vida el sentido, que se niega a ser sepultado en el olvido y la rutina.
Felicidades de nuevo.

Anónimo dijo...

Conocí a Maha Nassar hace algunos años. Compartimos 3 días de vida juntas. Su fuerza, sus cigarrillos, su andar dificultoso por tener una pierna herida (accidente de circulación), su energía, su tendencia natural hacia la justicia, la igualdad, el progreso humano. Su humanidad...bella persona, inimitable. Siento su pérdida, Saludos,

M